Una bóveda vegetal recibe estos días al visitante de las Fragas del Eume. Es el esplendor de una vegetación con especies únicas que envuelven, como a una valiosa joya, el monasterio de Caaveiro.
En sus más de diez siglos de existencia,este cenobio tuvo sus momentos de esplendor, tal como relata José Manuel Yáñez Rodríguez en la tesis doctoral que acaba de presentar en la Universidad de Santiago: "En 1739 vivían seis canónigos en las casas más occidentales, con sus criados para su asistencia. En la primera mitad de este siglo el aprovisionamiento del monasterio había mejorado notablemente: además de los diezmos y rentas, se dotaron de un canal de abastecimiento y de una fuente" relata el autor de un completísimo trabajo que, en dos volúmenes, recoge "no solo la historia, sino tambien la evolución constructiva, arquitectónica y el análisis gráfico de sus milenarias edificaciones y de su espectacular paisaje". Y es que en Caaveiro "todo está condicionado por lo excepcional de su paisaje, sus condiciones orográficas,ambientales,por sus recursos naturales, por la luz".
DISTINTO A SOBRADO Y MONFERO
Y es que, según Yáñez, " Caaveiro es un monasterio diferente a los del Císter, como lo son Monfero o Sobrado, porque no se desarrolla con los códigos que tiene cualquier otro monasterio cisterciense a la hora de ir haciendo nuevas construcciones". Mientras en estos estaba regulado cómo tenían que ser las ampliaciones, en Caaveiro lo que manda es su carácter de promontorio "y va creciendo como puede, se van metiendo las edificaciones como lo permite el espacio, pero corresponde a cánones de arquitectura popular, por eso está muy entroncado con la arquitectura popular del Eume".
Yáñez reconstruye mediante dibujos la arquitectura de esa última época de esplendor del cenobio. Así, viendo el monasterio desde el sur, muestra las casas de canónigos de arriba a la izquierda, mientras que en primer término, al centro, está el cabildo con la nueva torre-campanario y a la derecha las casas de canónigos de abajo. Y explica " las ventanas de arco escarzano y los dos ojos de buey en el centro de la fachada sur, muy probablemente fueron construidos en la segunda mitad del s. XVIII, una vez derribado el cabildo". [...]
TREINTA AÑOS VINCULADO A CAAVEIRO
Cuenta José Manuel Yáñez Rodríguez que cuando en 1984 empezó a trabajar en la Diputación coruñesa (actualmente es jefe de sección en el Servicio de Arquitectura y Mantenimiento), lo primero que le pusieron sobre su mesa fue el expediente de expropiación de Caaveiro. La medida tenía como objetivo salvar unas dependencias que estaban en ruinas y preservar un entorno natural único. Desde entonces Yáñez está ligado a Caaveiro y acabó haciendo una tesis doctoral calificada sobresaliente "cum laude".