EL MONASTERIO DE CAAVEIRO

El conjunto de valores históricos, religiosos, artísticos, estéticos, culturales, ambientales, paisajísticos y naturales que atesora el monasterio de Caaveiro y su entorno natural, As Fragas do Eume, se evidencia en el reconocimiento mayoritario de los miles de visitantes que cada año se acercan al lugar y que, sin duda, se quedan fascinados por su singular emplazamiento. Esto no ha sido siempre así. Será en los períodos Romántico y Tardo-Romántico cuando Caaveiro y su entorno muestren su verdadera potencia, como dualidad arquitectura-naturaleza, y resulten objeto de inicial admiración y reconocimiento por parte de escritores, artistas y de otros personajes que visitan el lugar.
El conjunto monacal, cuyos restos más antiguos se remontan al siglo XII, está enclavado en un promontorio rocoso entre los ríos Eume y Sesín del Parque Natural en el ayuntamiento de A Capela (A Coruña). Decretado Paraje Pintoresco en 1971 y Monumento de Interés Histórico Artístico en 1975, el monasterio es propiedad de la Diputación de A Coruña desde 1986. Sus orígenes documentales los localizamos en la denominada Donación de san Rosendo, datada en 936-940 y que figura en su Tumbo, de lo que se deduce que ya en el siglo X había allí vida monástica.
Inicialmente monasterio benedictino, pronto pasa a ser de canónigos regulares de San Agustín. En los siglos XII y XIII el coto se amplía notablemente. Fue colegiata de Patronato Real y exenta del arzobispo. Sufre varias crisis entre los siglos XIV y XVI. Tiene momentos de esplendor en el siglo XVIII, cuando se realizan importantes reformas en sus fábricas. La Desamortización supone un período nefasto que por poco causa su desaparición.
El resurgimiento del monasterio a finales del siglo XIX, su adquisición por Pío García Espinosa para convertirlo en residencia familiar de verano evita su expolio. Entonces, se realiza una intervención restauradora historicista bastante controvertida, de la mano del canónigo y arqueólogo compostelano Antonio López Ferreiro, que supone la desaparición de algunos elementos arquitectónicos valiosos como la iglesia románica de San Juan Bautista -cuyas piedras utilizaron para reedificar la iglesia de Santa Isabel que actualmente permanece- o las casas de canónigos de la portería baja.
La elección del lugar, su configuración geoestratégica y sus altas paredes de roca de esquisto le confieren un carácter de fortaleza en medio de uno de los bosques atlánticos mejor conservados de Europa. Se asienta sobre cinco terrazas o plataformas a las que se adaptan sus diferentes arquitecturas. Una de las peculiaridades de este monasterio es su integración con las construcciones vernáculas inmediatas derivada de los tipos, materiales, sistemas constructivos y elementos utilizados. La arquitectura monacal se sirve de la relación inmediata de estas en tanto imitación de modelos y por ello, deben considerarse como parte del complejo monacal no sólo sus construcciones “cultas” -iglesias, campanario y casas-, sino también, desde una perspectiva histórica, las “de autor anónimo”. Entre estas últimas hemos de citar algunas ya desaparecidas como la ferreiría, el caneiro o el lavadero, y otras todavía en pie como: la casa do forno, el molino, las caballerizas, la fuente barroca o el canal de agua.
El convento, como los lugareños lo conocen, disponía de dos porterías -la alta y la baja- y de dos iglesias: la Principal -San Juan Bautista- y la Antigua –de la Visitación o Santa Isabel-. También contaba con un edificio para el cabildo, donde hoy se encuentra la terraza-mirador del Eume; una sacristía, que aún se conserva, y un corredor hacia el río Sesín. Disponía de dos grupos de casas de canónigos. Unas ubicadas a poniente tras la portería alta y otras tres –desaparecidas en la reforma del XIX- adosadas al ábside románico de Santa Isabel, que permanece en pie. Sobre la fábrica semicircular de granito se conserva la huella de la traza de las cubiertas. El campanario barroco, que se erige como faro y señal, se atribuye a Clemente Fernández Sarela ,de la escuela compostelana.
En febrero de 2011 se inauguraron las obras de rehabilitación llevadas a cabo por la Diputación de A Coruña.